El Dopaje en el Tour ( Kilómetros o doping esa es la cuestión)
Si hoy, al igual que
ha pasado con Armstrong y sus muestras congeladas, se tuviese la posibilidad de
analizar la sangre y orina de los diferentes ganadores del Tour en los últimos
50 años, todos, sin excepción alguna, serían desposeídos del triunfo y de la
gloria que les dio en su día la victoria final en la carrera francesa.
Lo que está dejando
claro Lance, en sus millonarias
declaraciones en el programa de la gran Oprah, que las vueltas de tres
semanas, son inabordables sin suplementos químicos que ayuden a mejorar el
rendimiento.
El como era ambicioso
y quería ganar, pues se tomaba más que el resto de compañeros de equipo. Y con
estas ayudas médicas, químicas o como se quieran llamar, Lance consiguió batir
el record de tour, tanto en número como
en forma consecutiva, y los cinco de Mercx, Hinault y Indurain, se quedaron en
segundo lugar en el palmarés de la ronda gala, ante los siete que de forma
consecutiva ganó el ciclista norteamericano.
Fueron siete años de
triunfos y siete años de sospecha de trampa. Pero ningún análisis ni
contraanálisis fue capaz de detectar en el cuerpo de Lance sustancia dopante
alguna, así que algo me ha quedado claro, es que la trampa, esa que da la
gloria y el dinero, siempre ha ido delante de la investigación.
Y ahora, el que esté
libre de pecado que tire la primera piedra, que me temo no saldrá de la mano ni
de Mercx, Hinault y Indurain, como ganadores de cinco tours cada uno, y de otros a los que la campana en su día les
salvó de ser desposeídos del título, como a Perico y al desaparecido Pantani.
Más cerca en el
tiempo, y por lo que ha significado para el deporte español, tenemos el
positivo de Alberto Contador en el tour de 2010, donde un filete comprado fuera
de los dominios gastronómicos de la boucle francesa, dio con una sustancia dopante en la sangre del
ciclista de Pinto. Yo creería al pintense, sino fuera porque recuerdo aquella cara
entre lágrimas una vez no perdido
el liderato en la última contrareloj de aquel tour de 2010. El rival el pequeño
de los Schlek, poco ducho en esta especialidad contra el crono, y que sin
embargo le tuvo en jaque durante la primera parte del recorrido, y no por hacer
una etapa de escándalo, pues quedó más allá del puesto 40. Está claro, que todo
ciclista sabe de su positivo antes de que se haga oficial, y Alberto había
tenido el último control 3 días antes de
la crono, por lo que por diversos motivos, unos emocionales y otros” vitamínicos”,
en aquella etapa no dio el rendimiento en él acostumbrado. El año anterior, en
la misma etapa contra el crono, luchó
hasta el final por el triunfo de etapa.
Yo no pido la barra
libre de todo tipo de sustancias dopantes, pero creo se hace necesario se
levante la mano en alguno de esos productos que ayudan al ciclista y ayudan al espectáculo. No me vale la comparación con los tiempos de
antaño, donde Bahamontes, Poulidor y Gimondi, hacían gestas, y “no” tomaban
nada, y no me vale porque el
profesionalismo del ciclismo, hoy es quién manda porque es el que paga, y ahora la prueba es de 3 interminables semanas, con etapas llanas de cientos de kilómetros, donde antes los ciclistas descansaban y hoy sufren más desgaste que en las etapas de alta montaña.
Doping o menos kilómetros,
esa es la cuestión.
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