El toco-mocho
del Euro, la Caña y el Café
1 de enero de 2002. Alemania, Austria, Bélgica, España,
Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y
Portugal, deciden adoptar el Euro como moneda de cambio. Además de estos 12
países, pequeños estados como Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano, también
adoptan el Euro como su única moneda.
En enero, todos sabemos que los precios suben, pero aquel enero, los
precios no subieron, aquel enero los
precios se dispararon.
Quién debe marcar los precios es la inflación, pero en
este caso, el egoísmo de casi todo el mundo fue el que marcó, ¡y de qué
manera!, unos precios que nos han llevado a todos al borde del colapso.
Como en 2002, existía una ficticia borrachera financiera,
pues si no había dinero en efectivo, ahí estaba el dinero de plástico, para que
todo el mundo tuviese suficiente cash, y no se detuviese el consumo.
Aquí yo siempre he dicho que hubo unos criminales y un
síndrome de Estocolmo del resto, pues los precios se dispararon, pero el Euro,
en lugar de llamarlo Eurazo, todos le llamamos “eurillo”, y tanto el vendedor
(criminal), como el comprador (síndrome de Estocolmo), estuvieron de acuerdo y
de alguna manera aplaudieron la subida.
Las estadísticas suelen
ser aburridas y falsas, pero en este pequeño escrito, además de ser
ciertas, se hacían necesarias.
2 de enero de 2002, miércoles, esos días el trabajo era
agotador, pues la gente andaba cambiando las viejas pesetas por los nuevos
euros, y la moneda había entrado el día anterior. Antes de abrir la sucursal, y
para paliar el frío del invierno y el sueño de las trasnochadas navidades, me
voy al bar y me pido un café, y cuando voy a pagar y pido la
cuenta, primer shock cuando Pepe, el camarero, me dice que son 90 céntimos. Un
poco incrédulo le digo ¿has dicho bien Pepe? y me responde, había que redondear
y el Jefe me ha dicho que ese era el precio. Así que saco 1 €, y él, bastante
listo por cierto, en lugar de darme una
moneda de 10 céntimos, me atiza 2 de cinco céntimos, así que al ver
aquellas pequeñas monedas sobre el plato, y sabiendo que 2 días antes le dejaba
5 pesetas plateadas y lustrosas de propina, como no iba a dejarle 2 moneduchas
pequeñas, ilegibles y de bronce. Pues ahí, con 2 cojones, y pa chulo yo, le
deje los 10 céntimos, que eran 16,60 pesetas.
RESUMEN DEL
TOCOMOCHO: Joder como sube la vida me digo
cuando me dirijo a la sucursal para
abrirla, pues el café ayer costaba 120 pesetas, y hoy me ha costado 90
céntimos (150 pesetas), y la propina ayer era cercana al 5% del valor del café,
y hoy me ha supuesto más de un 10% del nuevo precio del café.
Ayer un Café = a 120 pesetas / hoy un Café = a 150 pesetas
Subida de un 25%
Propina ayer = a 5 pesetas / hoy = a 10 céntimos
Subida de un 200%
Total pagado ayer = 125 pesetas / total pagado hoy =
166,386-
Clavada total de
más de un 25%.
Pero cuando llego
a la sucursal, enfrente y como siempre madrugador, Carlos el Kioskero
está al pie del cañón, y como había que leer alguna noticia antes de entrar a
la sucursal, y el café empezaba a hacer
estragos en los bajos fondos, a por el periódico que me fui. Feliz año
Carlos, feliz año Luis ¿Marca?, no Carlos que hoy de deportes hay poco que
rascar, dame el ABC ¿Qué te debo?, son 90 céntimos ¿no ha subido? Le pregunto
algo asombrado, de momento no, pero subirá.
Luego la mañana
transcurre con la operativa de estos últimos días, es decir, todo el mundo a cambiar los billetes de las viejas pesetas por los de los
nuevos euros.
A la una, es decir a las 13,00 horas, con un cliente me
voy a tomar una caña, y éste, que es de los que tienen los bolsillos cosidos,
pues nunca paga, me deja a mí el honor de pagar mi primera caña “eurica”, y
joder con el estacazo, pues de 100
pesetas que costaba el día 31 de diciembre, hoy ha pasado a 1 €, que sin ser
ningún Pitágoras, y sin necesidad de calculadora, te das cuenta que la subida es de¡¡¡¡¡¡ un 66,38%!!!!!. Pepe,
estás de coña ¿verdad? y con la mirada me señala la lista de precios, y no
estaba de coña, ahí claramente ponía que una caña costaba un Euro. Así que
saque un billete de 5 €, y le dije: cóbrame, y él, esta vez, también intentó
hacerme la 1415, es decir, me devolvió 2 €, y uno más, chapurreado con monedas
de todos los colores, pero esta vez, que cojones, no me apiade nada de nada, y
arrample con el plato y lo vacié en mi mano.
RESUMEN DEL
TOCOMOCHO: Poco resumen y pocos cálculos, pues claro está que la subida fue de un
66,38% ¡¡¡Dios mío que clavada!!!
Pues si, de tres precios, 2 clavadas, y las 2 en hostelería, todo aquello me dio
mucho que pensar, pero bueno, a lo mejor se trataba de los primeros días del
euro, y que luego todo volvería a la normalidad, y que esas subidas tan
irracionales, volverían a caer por su propio peso, pero me equivoqué, ya que
hoy, 10 años después, esa Caña y ese Café, han
subido al ritmo del resto de las cosas, es decir más de un 50%.
La Caña en 2001 = a 100 pesetas / La Caña en 2012 = 1,60
€ (266,38 pesetas)
Subida de un 166%.
El Café en 2001 = a 90 pesetas / El Café en 2012 = 1,50 €
(250 pesetas)
Subida de un 166%.
Un poquito de estadística salarial, sin las recientes bajadas, nos dice que la
inflación entre 2001 y 2012, creció un 22%, por lo que los sueldos se
incrementaron en un 22% y los precios de los consumos “BARiados” se han ido a un 166%.