viernes, 2 de noviembre de 2012

¿La Bengala fue la excusa perfecta?


Noche de difuntos, las sobrina de Serafín  y la bengala como la excusa perfecta

Pasadas las tres de la mañana, y cuando me acercaba a mi objetivo, suena el móvil, al otro lado del teléfono Laura que me pregunta: “¿papá dónde estás? que hace tiempo que hemos salido”, le contesto: “acabo de llegar y estoy en doble fila en la acera de Hipercor”, pues vamos para allá.

Laura había elegido como fiesta de difuntos la del Palacio de Vista Alegre, ya que además de tener la entrada gratis, los DJs que allí presentaban su espectáculo eran más de su agrado.

Durante el trayecto que separa General Ricardos (Carabanchel) de las Rozas (nuestro domicilio), y con el GPS cerebral de su padre un tanto equivocado, Laura y Picasso (amiga de Laura) tuvieron tiempo de hablar largo y tendido de la fiesta que habían vivido, y de la que podían haber disfrutado en caso de haber elegido la del Madrid Arena. Recuerdo que en la conversación de las dos amigas, además de hablar del tal Aoki, DJ de los que se embolsan 100.000 € por pinchar y meter ruidos electrónicos, y que esa noche de Halloween actuaba en el Arena, hablaron de una mayoría de edad que no tenían, y de un precio, que de momento se les escapaba de su maltrecha economía. Yo que iba conduciendo y tomando nota de lo que escuchaba, les pregunté: “¿cuánto costaba esa fiesta del Madrid Arena?” y Laura me contesto: papá muy cara, pues costaba 20 € por anticipado y 30 € en puerta. Y ahí quedó mi único cruce de palabras con mi hija y su amiga, todo lo demás fue escuchar el murmullo de dos adolescentes, agotadas por la hora, y que lo único que deseaban era llegar a casa para meterse en la cama.

Laura, que acusaba la falta de sueño por los exámenes de las últimas semanas, prolongó más de lo habitual su descanso, y ayer día 1, cuando se levantó y le dijimos lo que había sucedido en el Arena, lo primero que nos dijo, es que amigos suyos habían elegido ese destino como diversión para esa noche, y ahí, de momento, quedó todo.

Luego con el transcurrir de las horas, y con el machaconeo de noticias confusas, unos nos pusimos del lado de los que decían que los culpables de la muerte de las tres niñas eran los  insensatos que siempre se divierten haciendo el canelo con las bengalas, y otros, como Ángeles y la propia Laura, se inclinaban por culpar al exceso de aforo.

Carmencita tiene 18 años, ella es la sobrina de Serafín, y ella fue testigo directo de lo que allí pasó, y ella lo puede contar, porque su novio, con un esfuerzo descomunal y al enésimo intento, la liberó de toda esa masa humana que la tenía atrapada de cintura para abajo. Su amiga Katia, a su lado, no lo pudo contar porque a ella, la masa humana la cubría la parte de arriba. Según Carmencita, las bengalas,  si las hubo, fueron después, y nada tuvieron que ver con el aplastamiento que sufrieron su amiga y las otras 4 victimas.

No sé si al final me columpiaré, pero hoy, a las 9 horas y 19 minutos,  del día  2 de noviembre, si hay un culpable, más allá de las aglomeraciones  multitudinarias y unas instalaciones deficitarias para estos eventos, habrá que buscarlo en el exceso de aforo, y de momento dejemos la bengala como la excusa perfecta.

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