miércoles, 11 de abril de 2012

con sentido común: SUSTO O MUERTE

SUSTO Y NO MUERTE


Decía Jacinto Benavente, y decía bien: "Una cosa es continuar la historia y otra repetirla." Y digo yo: “Porque la Familia Real Española además de continuar en la Historia se esfuerza por repetirla”.

El accidente con una escopeta que Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, sufrió este lunes en la finca familiar paterna de Garray, en Soria, ha removido conciencias en la opinión pública. Mientras el nieto mayor del Rey se recupera en el hospital, aumentan las críticas al padre, a quién se acusa de una grave negligencia, ya que el menor, de 13 años, utilizaba un arma que no podía portar. A su vez, el suceso ha conseguido resucitar viejos fantasmas de la familia Borbón pues, a sus 18 años, el Rey Juan Carlos hirió mortalmente a su hermano Alfonso de Borbón con una Long Automatic Star del calibre 22.

Aquel suceso, ocurrió un Jueves Santo de 1956, y al igual que ahora, una bala perdida fue a incrustarse en una parte del cuerpo de un niño, lo que pasa que aquel 29 de marzo de 1956, en lugar de ir a parar al pie, fue la frente de Alfonso (14 años) la que paró el proyectil.

Escudriñando en la fabulosa hemeroteca del ABC, he encontrado el periódico que se publicó el viernes 30 de marzo de 1956, y después de recorrer 30 páginas, he llegado a la noticia del triste suceso, que en titulares decía:

HA MUERTO EN ACCIDENTE EL INFANTE DON ALFONSO DE BORBON, HIJO SEGUNDO DEL SS. AA. RR. LOS CONDES DE BARCELONA.

ACABABA DE REGRESAR A LA RESIDENCIA DE SU AUGUSTA FAMILIA, EN ESTORIL, DESPUES DE ASISTIR A LOS OFICIOS DEL JUEVES SANTO, EN LOS QUE RECIBIÓ LA SAGRADA COMUNIÓN.

Cursaba en Madrid el sexto de Bachillerato y había salido el sábado último con dirección a Lisboa para pasar las vacaciones.

“Estando el infante D. Alfonso de Borbón limpiando una pistola en el salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzando al infante en la región frontal. Don Alfonso falleció a los pocos minutos. El accidente ocurrió a las 20 horas y treinta minutos, momentos después de regresar Su Alteza Real de los oficios del Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión.

Don Juan envolvió el cuerpo sin vida de su hijo menor en una bandera de España, lo puso a los pies de don Juan Carlos y pronunció una frase mítica: "Júrame que no lo has hecho a propósito”. “Fue un juego terrible, ese drama familiar, ese golpe psicológico fue tan duro para don Juan Carlos que le ha afectado para siempre”, escribe Abel Hernández en su libro Despídete de tu madre y serás rey.

56 años y 11 días después, la historia vuelve a hacer de las suyas, aunque esta vez, y a Dios gracias, el resultado ha sido SUSTO y no MUERTE.

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