sábado, 6 de octubre de 2012

Despilfarrar: Malgastar, derrochar el dinero y los bienes



Las Vacaciones de 2004

Aquel año, España era un tiro económico, y todo el mundo, vivía con envidia el crecimiento de este país, los halagos nos llovían de todos los lares del mundo.

Yo, al igual que la mayoría de los españoles por aquel entonces, vivía en una nube y en el sueño más profundo, y solo veía dinero,  progreso, y riqueza por todas partes. Estaba claro que dormía profundamente.

Corría el mes de julio de 2004, cuando con vivienda recién estrenada, y coche hipotecado por 30 años, cogimos carretera y manta, y hacia el país vecino que partimos. Además de París, en nuestro cuaderno de Bitácora figuraban Heilderberg y Nuremberg de Alemania, Praga de Chequia, Viena de Austria, Venecia de Italia, y ya de vuelta, por la Riviera Italiana y la Costa Azul, San Remo, Montecarlo, Niza, y...... entrados en la Península Ibérica, Barcelona donde estuvimos los últimos 3 días disfrutando de la playa de Casteldefells por las mañanas, y las Ramblas y sus aledaños, donde hicimos lo mismo por las tardes y las noches.








Como siempre que se inicia un viaje de muchos kilómetros, el madrugón fue importante, ya que era sábado, y en principio, había que evitar a los madrileños que huían de los rigores del verano, para refugiarse en cualquiera de los bosques donde los calores de finales de julio son menos calientes. Aquel escollo lo evitamos saliendo de madrugada, y bien que lo agradecimos, pues el tráfico durante los primeros kilómetros no existió.

A las 9,00 de la mañana, nos encontrábamos en la parada obligatoria de esta ruta, es decir en Tudanca de Aranda, así que habíamos recorrido 153 km. de la Autovía, y todavía nos quedaban 310 km. para cruzar la frontera por Irún. Una vez en el pueblo txuri urdin, alguna  compra de víveres a buen precio, y a cruzar la frontera, pues era muy pronto para comer.

Según cruzamos la frontera, sin Guardias Civiles en tierras españolas ni Gendarmes en las francesas, el primer impacto y que me dejó un poco pensativo, fue ver un parque automovilístico que no veía desde hace años en el país del milagro económico, y es que, aquellos coches  que un día se compraron mis tíos y hermanos mayores allá por los años setenta, aquí eran de uso normal, así que Renault 5, 7 y 12, y otros modelos franceses, eran de frecuencia continua por aquella autopista que iba hasta París.

Parada en Burdeos para hacer noche, y allí, recuperé recuerdos de los años sesenta, pues el tranvía, aquél que había dejado de ver en Madrid con 4 años, en esta ciudad francesa era el medio de transporte mas utilizado.

¿Coches viejos? ¿tranvías? joder, estaba en Francia, motor de la economía europea, y sin embargo parecía que estaba en un país de reciente liberación del poder rojo. 

Pero después de 3 días de paseo por la capital gabacha, volviendo a recorrer sitios que recordaba de anteriores viajes, tocaba ir al Parque Temático más grande de Europa, pues ahí habíamos reservado 4 días en el hotel Cheyenne, hotel dentro Disney.


Aquella mañana, nuevo madrugón para aprovechar el día en Disney, así que a las cinco de la mañana sonó el despertador en aquel viejo y siniestro hotel del centro de París, y a las seis cogíamos la autopista de circunvalación que nos tenía que llevar hasta el Parque Disney. Según dejábamos el centro de la capital francesa, y sin ser las afueras, la autopista de circunvalación se quedaba a oscuras.







Otra vez a darle a la perola, pues además de tener coches viejos y tranvías, las luces de las autopistas de circunvalación estaban apagadas ¿Qué pasaba con Francia? Todos aquellos síntomas que yo veía como un país en una crisis profunda, resulta que unos cuantos años después están demostrando que aquello no era crisis, aquello simplemente no era despilfarro.

Una vez acabados los cuatro días de Disney, vuelta al siniestro hotel de París,allí nos esperaban los suegros, pues ellos habían decidido quedarse en la capital parisina en lugar de ir a Disney. Por delante dos días más de paseos por las ordenadas y limpias calles de París. 





Luego el viaje transcurrió siguiendo la ruta prevista, y el "no despilfarro" que viví en Francia, también lo viví en Alemania , Austria, y algún que otro país de esta ruta que hicimos aquél verano



¿Por qué me acuerdo de estas anécdotas más de 8 años después? Pues porque Holanda recientemente, ha decidido hacer lo que Francia siempre ha intentando hacer, es decir, gastar lo necesario y no despilfarrar.

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