La “Cara más dura” del desahucio
Esta es la historia de
un “cuasi” desahucio contada desde diferentes puntos de vista.
Artículo en Revista
de consulta de dentista.
Se llama José, y hace
20 años vino de Perú, buscándose un porvenir que en su país no tenía. Trabajó
durante 9 años en una empresa que se encargaba de fabricar asientos para
automóviles, y con la crisis, formó parte de un ERE, y dejó de tener ingresos
suficientes para seguir pagando la casa. Entonces tuvo que decidir entre pagar
la casa o dotar de alimentos a su familia, y se decidió por la segunda de las
opciones. Viendo que la Justicia se le venía encima, acudió a la asociación 15M , y después de luchar y de
pasarse noches sin dormir frente a la puerta de su Banco en su sede central, ha
conseguido que la entidad no le
desahucie y ahora él, y su familia, entre las que está una
niña con problemas funcionales, pueden seguir viviendo
en su casa pagando un alquiler social de no mucho más de 200 €.
Un vecino que le
conoce y que le lleva sufriendo todos estos años
"Ese tío es un caradura, y vengo a contárselo para que usted
los transmita a sus jefes. Todo lo que cuenta la revistas es mentira, y este
señor, estos años que ha estado sin pagar la hipoteca, ha tenido alquilados 3
de los 4 cuartos de la casa, y por cada uno de ellos ha cobrado 200 €. Así que
entre la prestación que está cobrando y los alquileres viene ingresando todos
los meses más de 1.000 €. Allí en la
comunidad lleva sin pagar cuota alguna más de 3 años, y sin embargo se pasea
por ella sin rubor alguno. En esa plataforma 15M solo se miente. Es más, una de
las habitaciones se le ha quedado libre, y acabo de coger de la parada del
autobús este pasquín con sus teléfonos y el ofrecimiento de alquiler de
habitaciones".
El Banco siempre
estuvo a su disposición
Buenos días, soy
Fulanito de tal, el Director de su banco, y le llamo porque el mes pasado no ha
ingresado la mensualidad de su hipoteca. Ya, ya lo sé, pero es que he decidido
que ya no voy a pagar más. Muy bien, pues haga el favor de pasarse por la
oficina y tratamos de estudiar la Dación en pago. No, si no voy a devolver la vivienda, voy a estar el tiempo que me permita la ley, y
luego cuando ustedes me desahucien abandonaré la casa. Está usted seguro de
hacer eso, pero no quiere que le miremos una rebaja de la cuota. No decididamente no, voy a hacer lo que le acabo
de decir, voy a quedarme en mi casa hasta que la justicia me eche. Le llamaré
en unos días a ver si ha cambiado de decisión. La llamada se produce a los 15 días,
y el móvil, que era el teléfono de contacto, ya no existe.
Ahora a juzgar, y a no
ver todo desde el mismo lado. Cada desahucio tiene su problemática, y no
siempre el malo es el banco ni el arrendador, muchas veces el hipotecado o
inquilino, vende una desgracia personal que dista mucho de la realidad.
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