domingo, 24 de febrero de 2013

La “Cara más dura” del desahucio


La “Cara más dura” del desahucio

Esta es la historia de un “cuasi” desahucio contada desde diferentes puntos de vista.

Artículo en Revista de consulta de dentista.
Se llama José, y hace 20 años vino de Perú, buscándose un porvenir que en su país no tenía. Trabajó durante 9 años en una empresa que se encargaba de fabricar asientos para automóviles, y con la crisis, formó parte de un ERE, y dejó de tener ingresos suficientes para seguir pagando la casa. Entonces tuvo que decidir entre pagar la casa o dotar de alimentos a su familia, y se decidió por la segunda de las opciones. Viendo que la Justicia se le venía encima, acudió a la asociación 15M , y después de luchar y  de pasarse noches sin dormir frente a la puerta de su Banco en su sede central, ha conseguido que la entidad  no le desahucie y ahora él, y su familia, entre las que está  una  niña  con  problemas funcionales, pueden seguir viviendo en su casa pagando un alquiler social de no mucho más de 200 €.

Un vecino que le conoce y que le lleva sufriendo todos estos años
"Ese tío es un  caradura, y vengo a contárselo para que usted los transmita a sus jefes. Todo lo que cuenta la revistas es mentira, y este señor, estos años que ha estado sin pagar la hipoteca, ha tenido alquilados 3 de los 4 cuartos de la casa, y por cada uno de ellos ha cobrado 200 €. Así que entre la prestación que está cobrando y los alquileres viene ingresando todos los meses más de 1.000  €. Allí en la comunidad lleva sin pagar cuota alguna más de 3 años, y sin embargo se pasea por ella sin rubor alguno. En esa plataforma 15M solo se miente. Es más, una de las habitaciones se le ha quedado libre, y acabo de coger de la parada del autobús este pasquín con sus teléfonos y el ofrecimiento de alquiler de habitaciones".

El Banco siempre estuvo a su disposición
Buenos días, soy Fulanito de tal, el Director de su banco, y le llamo porque el mes pasado no ha ingresado la mensualidad de su hipoteca. Ya, ya lo sé, pero es que he decidido que ya no voy a pagar más. Muy bien, pues haga el favor de pasarse por la oficina y tratamos de estudiar la Dación en pago. No,  si no voy a devolver la vivienda, voy  a estar el tiempo que me permita la ley, y luego cuando ustedes me desahucien abandonaré la casa. Está usted seguro de hacer eso, pero no quiere que le miremos una rebaja de la cuota. No  decididamente no, voy a hacer lo que le acabo de decir, voy a quedarme en mi casa hasta que la justicia me eche. Le llamaré en unos días a ver si ha cambiado de decisión. La llamada se produce a los 15 días, y el móvil, que era el teléfono de contacto, ya no existe.

Ahora a juzgar, y a no ver todo desde el mismo lado. Cada desahucio tiene su problemática, y no siempre el malo es el banco ni el arrendador, muchas veces el hipotecado o inquilino, vende una desgracia personal que dista mucho de la realidad.

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