Los números de Bankia
Esa fue la fecha
anunciada, y ahí, se iban a dar los números definitivos de Bankia. Nada nuevo
de lo que desde mayo se había anunciado una vez que economía no aceptó el plan
de Rato, y decidió dar un vuelco a la gestión del Banco, y poner al frente
a Gorigolzarri.
Así que el pasado
jueves, la noticia no eran los
diecinueve mil y pico millones de pérdidas, la noticia era el Plan Estratégico
que con mimo la nueva cúpula de Bankia había diseñado para el reflotamiento de
esta Entidad.
Evidentemente, siempre
contando con la espada de Damocles de esa Bruselas, que entre decisión y decisión,
se dedica a mover el esqueleto con ese poco gracejo que esta gente del norte de
Europa tiene. Pues a estos, para ponerles contentos-- y con la anuencia de ese
gran político de “la nada” llamado Almunia--, había que ajustarles unas cuentas,
que ahora sí, parecen que les cuadran.
Eso sí, esas cuentas
tienen un peaje de 4.500 bajas y 1.000 sucursales, pero bueno, eso no importa
pues el país apenas tiene gente que recibe prestación por desempleo, pero no
porque no estén parados, sino porque ya
la han agotado.
Así que con esos argumentos, y con un semblante de seguridad
que invitan mucho a confiar en Bankia, se presentó el Sr. Goirigolzarri-- traje
de banquero y no de diseño como el la casta política de este país--, y corbata
de tonos claros, para un mensaje transparente, que fue el que al fin y al cabo
había que presentar y había que
transmitir.
Y como todo fue
creíble, y se aportaron pruebas suficientes, pues a la prensa, esa que de esto
casi nada sabe, no le quedó otra, que entre esos titulares entre líneas que dejó
algún que otro torpe, comparar las pérdidas de Bankia con el dinero que el
Estado destina a determinados asuntos sociales.
Ay Señor, que peligroso
es un “tonto” con una máquina de escribir, y más, cuando le dirige otro aún más
tonto que encima se lo publica.
Pero si “tontos” son
los de la escrita, que decir de los que les enchufan la alcachofa, y les dejan
decir, necedad tras necedad. Estos, que un día les echaron de la tele, y que
ahora se refugian en las ondas, también en ese menú que coincide con las
señales horarias de sus programas, se atrevieron a comparar los diecinueve mil
millones con las prestaciones sociales. Así que si tonto fue el que lo ideó, más
tonto es el que lo copió.
A aquellos que hablan
sin saber lo que dicen, y que solo buscan
un sensacionalismo barato, me gustaría que me explicasen que es una
provisión, y porque se aplican. Cuando lo miren, podrán llegar a la profundidad
de unas cuentas, que han sido provisionadas en veintiséis mil y pico de
millones, para paliar unas pérdidas de diecinueve mil y pico de millones que
todavía no se han producido, pero que corren el riesgo de llegarse a producir.
Las clase de
contabilidad las dejaré para otro día, las de sensatez han quedado altamente plasmadas en este escrito.
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